Sangre en la infancia
Rayas ensangrentadas
Vestigios en la planta
inocente
Son causas de labores tan
terribles
Del amo que arranca de la
infancia
La vida sin piedad y sin
fehaciente.
Ha enraizado la maleza sus
tentáculos
El niño llorando cava sus
manitas
El barro duro y las
filosas piedrecillas
Lastiman las yemas de sus
tiernos dedos.
A paso lento el pequeño
avanza
Cual caracol se desliza
entre la hojarasca
Sus ojitos se cubren por
tantas lágrimas
Porque el amo desea
productos no sentimientos.
No hay almas que vayan a
su encuentro
Aunque el mocoso grite
desesperado
Se descalza y camina
Levanta la cabeza y se
anima.
Su camisa ya es rojo
Su rostro ya es un lago
Atrás quedó el campo
Allá adelante hay
montañas
El niño no está solo
Hay gavilanes y
zopilotes.
Lodo le dará humo le echará
maldiciones pronunciará
la sangre de la infancia.
Qué bello escribe profe, me encanta la sensibilidad de su pluma. ¡Le aplaudo!
ResponderEliminarMuchas gracias Unknown. Saludos.
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